Tenemos una costumbre especial en esta fiesta: la de esperar para comer las primeras sufganiot juntos. En Israel, desde aproximadamente un mes antes de la fiesta, puedes comprar estos bollos típicos (que no dejan de ser donuts sin agujero) por todas partes, casi parece que no se vendiera otra cosa, los ojos se te van a los diferentes sabores y rellenos pero nosotros lo tenemos como una especie de tradición que nunca fue dictada. Y es bonito saber que de algún modo estrenaremos la fiesta juntos.
Fue un Jánuca muy tranquilo, sin mucha novedad, tan sólo lo que la fiesta es: luz, calidez y milagros, porque con Jánuca siempre vienen milagros aunque no seamos conscientes todavía.