Desde el principio supimos que queríamos ser padres. Aunque no teníamos ni idea de lo que se nos venía encima. No sé cuántas vidas serían necesarias para estar preparado emocional y físicamente para lo que significa ser padres. Es un camino árido lleno de retos y dónde te ves reflejado y aún sin querer tienes que atreverte a mirar.
Ha sido el proceso más demoledor y a la vez reparador que hemos vivido y gracias a ello tenemos en nuestras vidas estos dos regalos.