
Nos escapamos, a unas horas decentes, pero nos escapamos. Y fue un poco también cuestión de ahora o vete tú a saber cuándo. Ya teníamos dos pollos y mis padres se volvían a España para quedarse, con lo que el comodín de abuelos se nos acababa y decidimos usarlo. Así que aprovechamos su generosidad y nos fuimos volando al cine agradecidos de que siguiera en cartelera “Avengers: Endgame” teníamos unas ganas locas de verla y qué mejor manera de celebrar el aniversario que con éstos grandes. Y sobre todo sin pensar en salir con un bolso lleno de posibles necesarios para dos niños de edades muy diferentes.
Así que nuestra escapada romántica fue en mitad del día y mejor porque la sala de cine estaba casi vacía, no había colas para nada, llegamos con tiempo de comprar palomitas y hacer el completo de cine. Encantados estábamos. Fue un gusto la salida, estar solos, y disfrutar de un peliculón. Felicidad a tope.
Cabe destacar que este año nos hicimos un regalo muy especial: un sello con nuestro apellido y encima hecho a mano por una artistaza que tengo el gusto de poder llamar amiga (y cuyo trabajo podéis encontrar en su Instagram @malylamala). Una chulada.