
Gracias a nuestra ya adquirida habilidad para pasar eventos y celebraciones entre las 4 paredes de nuestro hogar sin sentir pesar por ello, cuando dedujimos que éste año nos iba a tocar sí o sí celebrarlo en casa (con todo el tema Corona) no fue tampoco el fin del mundo, ni nada que se le pareciera. Así que a mi querido esposo se le ocurrió que qué mejor regalo que nuestros recuerdos a un sólo clic, a un toque de dedo.
Y éste ha sido nuestro regalo, un proyecto encantador que nos ha mantenido entretenidos por el último mes y que creo que va a ser uno de los mejores que podamos hacernos a largo plazo porque ya se sabe que los recuerdos de la vida se van diluyendo con el paso de los años, se desintonizan de algún modo y al final terminamos con algo parecido a una masa borrosa que al compararla con los recuerdos de otros no queda tan claro cuanta parte de verdad hay en ella. La memoria y lo impredecible de los recuerdos. Por eso, nosotros, los sellamos aquí y también para poder compartirlos en estos tiempos y circunstancias en las que todos a los que queremos estáis tan lejos.
Y cómo no, también disfrutamos de una comida rica y una peli esperada, para no romper con lo que parece ya una tradición.