Sucot

Sucot
Es mi semana favorita del año y la fiesta de la alegría por excelencia. Se hace acampada todos los días durmiendo prácticamente al raso, se come fuera de casa y se construye y decora una cabaña. No se puede pedir más.
Creo que es la única fiesta judía en la que no nos libramos de ningún peligro que atentase contra nuestra identidad como nación, no hay trauma, no hay dolor. Sólo agradecimiento. Nuestro Dios, que nos sacó de Egipto, nos guió por el desierto durante cuarenta años cuidándonos como una madre cuida a su bebé recién nacido, llevándonos literalmente entre nubes, protegiéndonos de todo mal. Y eso es lo que celebramos, que su mano no se separó de nosotros. Y que confiamos en Él, ayer hoy y siempre.

¿Con qué Sucot te quedas?

sucot 2018

2018

Itamar me ayudó este año a aumentar las decoraciones, recogimos palos de la calle y nos las ingeniamos para pintarlos y darles forma.
No faltaron tampoco los invitados, ni la barbacoa y sacamos tiempo de debajo de las piedras para poder disfrutar en familia.
Llovió, pero no nos mojamos. Fue bonito y fue especial toda la fiesta, desde el inicio de los preparativos con Itamar ayudando a montar la sucá junto a su padre y abuelo hasta el final y el remoje intermedio.