Itamar me ayudó este año a aumentar las decoraciones, recogimos palos de la calle y nos las ingeniamos para pintarlos y darles forma.
No faltaron tampoco los invitados, ni la barbacoa y sacamos tiempo de debajo de las piedras para poder disfrutar en familia.
Llovió, pero no nos mojamos. Fue bonito y fue especial toda la fiesta, desde el inicio de los preparativos con Itamar ayudando a montar la sucá junto a su padre y abuelo hasta el final y el remoje intermedio.