Pesaj

Pesaj
Hablar de Pesaj es fácil, lo dificil es resumirlo. Supongo que se podría limitar a "la fiesta de la libertad" pero no es solamente eso. Es la fiesta del amor de un Dios que no olvida y un pueblo que se ve arrastrado por las circunstancias. La fiesta de las grandes lecciones, de la lucha contra el mito de los dioses y la enseñanza de un mejor camino. El sabor agridulce de la libertad, la alegría del corazón, el canto sincero. Pesaj es un hombre que lo tuvo todo en sus manos pero con cada decisión labró un camino diferente, que creyó en un Dios que ardía pero no consumía. Es la prisa por dejar el pasado atrás, por la promesa de una tierra prometida.
Son siete días llenos de cambios empezando por la alimentación donde no se puede comer nada que contenga un alimento leudado (se va la mitad de la dieta de uno) y siguiendo por una noche diferente a todas las demás donde contamos la historia, larga y extensa, de lo ocurrido. Siete días que marcan el inicio de la cuenta hacia un hecho todavía más sublime: la recepción de la Torá. Es la libertad viniendo hacia nosotros siempre que sigamos caminando hacia ella.

¿Con qué Pesaj te quedas?

pesaj 2020

2020

El segundo año que celebramos el seder los cuatro solos. Ya habíamos pasado la “prueba” al año anterior y nos dimos cuenta de que no era tan difícil, pero aún así siempre impone. Como Itamar ya estaba más mayor se me ocurrió que podría hacerle su propio plato con los alimentos característicos, pero no quería que me pringase toda la mesa en un descuido, así que se los fabriqué con un poco de material reciclado y mucho ingenio. No sé cuánto de feliz le hicieron, pero yo estaba encantada.
Fuimos también bastante rápidos, por un lado por los peques que no entienden muy bien de qué va todo, pero por otro por la posibilidad de completar el seder al menos los tres juntos. Yaará se fue a dormir la primera, pero Itamar estaba con ganas de llegar hasta el final de la noche y beberse sus cuatro “copas de vino”. Y lo logró. Cantamos y comimos y cantamos un poco más y nos fuimos a la cama satisfechos de haber pasado el primer seder de pesaj en el que nuestro hijo podía participar.
Y esta vez sí hubo una novedad: Eliahu estaba de vacaciones, encerrados en casa por la cuarentena que estaba viviendo el país, pero de vacaciones. Insólito y genial. Lo resumo: mucho tiempo en familia y mucha comida rica, ácima, pero rica.